Y al fin llegamos a India, un destino que de antemano prometía mucho, tierra que los viajeros o aman u odian, tal vez tanto leímos y escuchamos sobre su miseria que no fue tan chocante, o tal vez los que escriben y cuentan no son de nuestros pagos...
De Mumbai poco voy a escribir, ya ustedes la conocen, es como cualquier gran ciudad del mundo a la que si le agregan un transito caótico (me animaría a decir que peor al de El Cairo) y condimentos que las personas locales le dan, con gente y más gente, y para nosotros con un par de días fue suficiente para saber que ahí no queríamos estar.
Estación de trenes
Gateway en honor a la visita de los reyes britanicos a principios del siglo XX
El ABC de la comida en India tambien aplica en Mc!
La mayor lavanderia a mano de Mumbai, la foto no llega a tomar todo lo que abarca!
La realidad de demasiada gente
Mesquita unida a la ciudad por un largo muelle
Niños musulmanes jugando a pescar en las rocas
Poster de la campaña de Gandhi por la unidad nacional
Lugar donde Gandhi vivia y trabajaba mientras estaba en Mumbai
Intentando acostumbrarnos a cruzar la calle
Subidos a un Autorickshaw (taxi de 3 ruedas)!
Un gran amigo, nos había recomendado Matheran, hacia ahí fuimos, desde donde nos encontrábamos hasta aquí tomamos 3 trenes y entre recorridos y traspasos nos llevo unas 8 horas llegar, de este recorrido es super recomendable el último tren que une Neral con el pueblo, son más de 2 horas por las montañas en un tren que parece de juguete, paisajes alucinantes...
El tren en las montañas
El paisaje desde el tren
A unos 800 metros sobre el nivel del mar, con apenas 5000 personas y sin vehículos motorizados, viniendo del caótico Mumbai, esto parece de otro mundo, paz, tranquilidad, vistas increíbles y la naturaleza prácticamente virgen en los alrededores, con decenas de caminos para practicar treking por la jungla, repleta de monos (aunque también lo esta el pueblo).
Primera mañana en Matheran
Del arbol a los techos, van y vienen todo el día
Las netbooks atraian más gente que los monos y paisajes, y no solo niños...
Complot apenas llegamos...
Y viven todos en paz, hindúes, musulmanes y cristianos en este pequeño pueblo, así como en casi toda la India, dan una lección al mundo de convivencia y tolerancia, como Gandhi hubiera querido.
Vecinos del lugar vendiendo sus cosechas
Un país que supera los 100 lenguajes (oficiales y no oficiales), y que en este diminuto pueblo se hablan tres de ellos, sin contar ingles... Este pequeño pueblo nos permite conocer con suavidad, y sin el vértigo urbano, como funciona India.
Recorriendo los alrededores
Disfrutando de los alucinantes paisajes
Monos y más monos...
Ya probamos el Masala Pan, recomendado por un Indio Musulmán, es una costumbre local, el Pan es la hoja de un árbol en la cual se prepara con diferentes ingredientes, diferentes versiones, probé Masala, una de sabor amigable pero igualmente difícil de tragar, pero nada que con un poco de agua no pase, ademas disfrutamos de sus propiedades para limpiar la sangre, por la que es frecuentemente utilizada en el Ayurveda.
Sabiendo de mi ansiedad al viajar, y al seguido arrepentimiento de "¿Por que no me quede más tiempo ahí?", reserve 4 noches aquí, para obligarme a bajar revoluciones, disfrutar y aprender, sin estar pensando en el próximo paso... después de repetir el error tantas veces tenia que aprender...
Algo curioso, los perros son pacíficos, no ladran, ni atacan a las cabras, vacas, gallinas, monos, ni ningún animal, tal cual estuvieran imitando lo respetuoso de la gente para con los animales.
Si bien se puede conseguir pollo y cabra para comer, la mayoría de los restaurantes son vegetarianos, así que lejos van a quedarme esos ciento y tantos kilos anuales de carne vacuna en Uruguay...
Comiendo, y que nunca les falte el picante, inaguantable...
En este preciso instante, mientras escribo en la puerta del cuarto, me paso un mono caminando a un metro, y muy tranquilamente subió a la casa de enfrente y se sentó a acompañarme, mientras la dueña de la casa, con la tradicional vestimenta, en cuclillas en la puerta de su casa hace arcadas intentando sacar toda la flema de su cuerpo y algo más. A mi izquierda unas gallinas picotean el suelo, la madre arregla el cabello de su hija para ir a la escuela, mientras en frente lavan a mano decenas de ropas de cama que los visitantes del fin de semana utilizaron. A mi lado un joven indio, mirando como escribo en español, sorprendido por ver mi computador. Y de fondo, por si uno se olvida que esta en India, una hermosa música local suena desde adentro de alguna casa.
Solo conseguí fotografiar a la niña con sus trenzas y la gallina, de monos sobran, y lo de la señora era repugnante...
Sin duda, Matheran, queda en la lista de destinos recomendados!
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Sin palabras para agregar, demasiado de todo. Luis
ResponderEliminarRafa,
ResponderEliminarde mas de mas de mas...
Saludos
Edgardo
también me quedo sin palabras
ResponderEliminary con el precioso sentimiento
que transmitís ....
un abrazo, mamá
Muy contenta de verlos disfrutar de cada momento !! gracias por compartirlo !!...un beso mamá de Adrian
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