SOBRE LAS EFÍMERAS RELACIONES INTERPERSONALES EN UN VIAJE

Cuando uno viaja parece que todo es perfecto, que las mejores personas que uno puede conocer, y todas ellas, se pusieron de acuerdo y viajaron para coincidir en tu ruta.
Es como el primer mes de noviazgo, aunque generalmente son pocos días, donde todo es perfecto, no importa nacionalidad, edad, sexo o raza, todo son rosas en los encuentros del viaje.
A tal punto que se hacen promesas de todo tipo y color, visitas futuras a las respectivas tierras natales, mantener contacto periódico, o simplemente enviar por Email las fotos que uno tiene del otro y viceversa, por supuesto se puede contar con los dedos de una mano las que realmente se concretan.
Pero cabe preguntarse ¿Hasta que punto esto es real? ¿No será una simple ilusión?
La falta de tiempo y de voluntad por conocer realmente al otro sabiendo que todo terminará muchos antes de darse cuenta nos juegan una mala pasada a mi entender.
Ya que si bien uno disfruta y ríe, y hasta se cree feliz y completo, en el sentido más profundo del ser, no deja de ser como una droga más que nos da satisfacción instantánea pero que tan pronto como el efecto pase necesitamos de más para mantener el nivel alcanzado.
No digo que sea mala, cada experiencia e intercambio de opiniones lo enriquece a uno como ser humano, pero simplemente es importante alejarse y ver las cosas con la respectiva perspectiva e importancia que se merecen, para así no desprestigiar y menospreciar muchas otras relaciones que ya no viven ese primer mes de noviazgo, pero que si son capaces de sostenerlo y acompañarlo a uno durante la vida!
Me refiero en primer lugar a la familia y en segundo, aunque muchas veces no menos importante, a los amigos, claro que no a los de facebook, si no a los que día a día están ahí codo a codo.
Así que a ellos, mi familia y mis amigos, gracias por permitirme viajar así, disfrutar hoy de estas efímeras relaciones viajeras, sabiendo que al regresar, ellos estarán ahí como desde hace tantos años!